como quien atraviesa un día interminable
donde el sol no se esconde,
donde hasta la sombra aprende a cantar.
la ternura que sostiene al mundo
cuando todo parece desmoronarse.
Ahora, cuando el ocaso se asoma en mis pasos,
mi piel reconoce la caricia del tiempo,
y mis manos tiemblan como hojas cansadas.
Pero tu presencia es un faro obstinado,
un abrazo que no se extingue,
la lámpara que enciende la penumbra
y la convierte en refugio.
Sé que la vida nos pide rendición,
que la noche llegará sin permiso;
pero no temo su silencio
porque he habitado tu claridad.
Cada instante contigo
fue un pedazo de eternidad escondida,
y esa eternidad es ahora mi herencia.
Si debo partir, que sea con tu nombre en mis labios,
con el eco de tu risa sosteniendo mi partida.
Porque incluso en la última frontera,
cuando el cuerpo cese y la voz se apague,
el amor seguirá encendido,
iluminando lo que queda de mí
en la memoria infinita de tus latidos.
Que belleza mano…cada día uno más hermoso que el otro…Que talento…..😍😍😍. Te felicito. Tu pluma siembra estrellas en el papel…Admiro tu luz…
ResponderBorrarTu pluma siembra estrellas en el papel, que metáfora tan bella manita, mi pluma es la que siembra en el papel, es la fuerza invisible de mis pensamientos que, como raíces inquietas, buscan abrirse paso entre las líneas. La tinta no es más que un cauce, un río dócil que transporta lo que en mí germina: dudas, sueños, nostalgias, certezas y amor. Cada palabra escrita nace del instrumento que tiembla entre mis dedos, de un pulso más profundo, un latido que me atraviesa y encuentra su refugio en la blancura expectante de la página.
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