10 de septiembre de 1960,
cuando el universo te regaló al mundo
como una estrella que habría de brillar
en el firmamento de nuestra familia.
aquel primero de diciembre—
fecha que mi alma reconoce
sin necesidad de números,
pues el corazón cuenta diferente
cuando debe decir adiós.
Tu memoria es río que no se seca,
manantial cristalino en mi pecho
donde bebes agua fresca
cada amanecer de mis recuerdos.
Como si fuera ayer,
como si nunca te hubieras ido.
La distancia entre nosotros
no se mide en años ni kilómetros,
sino en latidos que te extrañan,
en sonrisas que guardé para ti,
en conversaciones pendientes
que el viento me susurra al oído.
Hermano mío, Rolando querido,
eres el eco que resuena
en los pasillos de mi corazón,
la luz que no se apaga
aunque haya cambiado de morada,
el abrazo eterno
que ningún diciembre puede robar.
En esta hora en que te evoco,
eres presente puro,
memoria viva,
amor que no conoce
la gramática del pasado.
Hoy te digo desde aquí,
desde esta orilla del silencio:
¡Feliz cumpleaños, hermano!
Donde quiera que estés,
que las estrellas te canten
su canción más hermosa,
que la eternidad te abrace
con ternura infinita.
Para siempre en nuestros corazón
Hermoso Riqui….como no llorar y recordar a Roli que fue la alegría en nuestras vidas. Hermano amado, no estás físicamente , tu ausencia duele todavía pero sigues viviendo en nuestros recuerdos y en el corazón…Feliz cumpleaños en el Cielo…sigues siendo fuerza en mi Vida…te honro con alegría y gratitud. Te amo inmensamente este amor es inquebrantable….
ResponderBorrarasí mismo es, honramos todo el amor que en vida nos dio.
BorrarHermosa dedicatoria de amor mi querido Ricardo. Tus palabras me llenan de ese amor que sientes por tu hermano, que lindo es amar así a la familia te quiero un abrazo.
ResponderBorrarGracias por su comentario, pero quien lo escribió?
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