viernes, diciembre 21, 2007

Desde la profundidad del corazón

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Desde la profundidad del corazón

Las palabras escritas han sido inspiradas en el amor de Dios, El es el autor; como dice la Biblia en Proverbios 2:6 "Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia."

Besos,
Negda
Saltillo, Nov. 29/2004

Ha comenzado un nuevo día y un nuevo color. Azul del cielo y luz de amor. La tranquilidad del mar y la majestuosidad de la verdad. Es hermoso porque brilla y todo es claro; las voces no se confunden porque es silenciosa, es una sola que habla por todos. Es Su creación, la creación en El, en amor. No quiero distraerme porque no escucho, y aparto para seguir soñando, sueños de verdad y luz que me cobijan y dan calor. Es hermoso y cálido, no tiene principio, no tiene llegada, sólo está y se queda; me va llenando y te voy sintiendo, te siento y me alegra. ¡Que alegría tan hermosa!, es un nuevo principio, es una nueva luz; la misma de siempre, la misma que sentí. Hoy me cobija y me da calor.

Saltillo, Abril 26/2006

Algunas veces sentí un frío que embargaba mi cuerpo y alma; desconocía su significado y lloraba.

La soledad de cada mañana me mostraba desde el alba que Tú venías a contarme cuentos, historias que llenan el alma. Me hacías sonreír con la tranquilidad que daban tus palabras, y venían a mi mente que ya estaban escritas en la s paredes de tu casa, pero Tú querías que se escribieran más, las que salen del alma cuando se ven la injusticias, el llanto de un niño o las manos arrugadas y temblorosas de madres que ya no tienen esperanzas. ¡Querías que alguien gritara!, ¡Querías que tus palabras se escucharan!, y para eso mostraste el color del cielo, la luz del amanecer, el canto de los pájaros y las lágrimas que poco a poco irían reconociendo verdades para gritar tus palabras.

Se miraban los niños con caritas alegres;sonrisas inocentes, unas con hambre, otras con ropa de linaje,pero no hay diferencia, son tus niños, Tú los amas.
Unos en calles de huecos y charcos, otros en colinas, en calles con vigilancia, pero son tus niños y en ellos está la esperanza.
Los niños juegan y todos sonríen igual,es la inocencia que no le deben quitar.

Es el grito que no debe acabar, el grito de la verdad de un niño que mira desde el umbral del mundo que ha venido a soñar, el mundo que Tú creaste con tu majestuosidad.

Mis palabras serán pocas y de acabar, pero el sueño de un niño es el que has venido a mostrar. Los miro cuando creen un poco y la inocencia que no está; les han puesto en su mente y corazón un mundo que da dolor, que roba su esperanza, esconde el paisaje y los lleva a la soledad del adulto cuando pierden su inocencia en un mundo que los atrapa y ahoga sin la oportunidad de sonreír mirando la verdad.

Me despido con amor en Cristo,

Negda

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