Mentiras que se tejen como redes
una tras otra para engañarse, autoflagelarse
mentiras camufladas llenas de soberbia
entumecen el abismo sórdido de infelicidad.
Súbitamente el enjambre de mentiras
muta en el insulto se involucran a la pureza
colmando de odio el verbo para luego,
orar y perderse en la cadena del dolor infligido.
Anochece y el barril sin fondo se carga de más odio
las palabras adorna la calidez del pecado verbal
caemos y el fondo no se encuentra
estornudamos y el periplo solo comienza.
Despierto y escucho mensajes dispuestos
el insulto nunca podrá doblegar mi pensamiento
mi actitud es estable y cónsona
no se pierde la compostura.
Se exteriorizan y se inoculan malevolencia
de insensatez inmoral, devenida en odio
el amor que gritabas es precoz y se evapora
de manera súbita y abismal.
Lo malo y lo bueno se mezclan en cargas genéticas
contrarias al bien común, se deshumaniza la razón
atropellando el recuerdo y el amor
que se profana con la altivez de la sinrazón.
Amanece y el día esconde la luz invernal
desmontando el flujo de pasiones sanas e insanas
cubriendo de sinsabores la montaña espesa
de verdades o cuasi verdades solapadas en la obscenidad.
No hay retorno, no eres mejor ni peor
Solo eres tú…. Ya entendí.
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