aunque ya no estés en el sendero,
tú seguirás siendo mi sueño anhelado,
la elección sincera que brotó de mi entero.
Eres la musa que inspira mis días,
la melodía que nunca se apaga,
aunque el destino nos haya separado,
en mi pecho tu esencia siempre se agrava.
Los caminos distintos nos han llevado,
mas en cada latido, en cada suspiro,
mi corazón abierto te espera, amado,
como un faro en la niebla, un dulce suspiro.
Si el tiempo es un río que arrastra las horas,
mi amor es el lecho que firme se queda,
pues en cada mirada, en cada memoria,
te llevo conmigo, aunque el tiempo se ceda.
Así que si un día decides volver,
en el rincón más profundo de mi ser,
te recibiré con los brazos abiertos,
con la promesa de un amor que no muere.
La tristeza me abraza, pero no me quiebra,
porque en cada sombra, un destello reluce,
y aunque hoy la distancia nos dé su condena,
mi esperanza es la luz que siempre induce.
Eres la flor que nunca se marchita,
la elección perdurable en este viaje,
y aunque el eco de tu risa me agita,
en mi corazón siempre habrá un pasaje.
Así que sigue tu rumbo, sin temor,
mi amor por ti es un canto eterno,
y en esta espera, en esta dulce penumbra,
te guardaré, mi amor, en cada invierno.
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